martes, 11 de octubre de 2011

Capitulo VIII

Aprendí bien pronto a conocer mejor a esa flor. En el planeta del principito siempre había habido flores muy simples, adornadas con una sola hilera de pétalos , que apenas ocupaban lugar y que no molestaban a nadie. Aparecían una mañana entre la hierba y luego se extinguían por la noche. Pero aquella había germinado un día de una semilla traída no se sabe de donde y el principito había vigilado, muy de cerca, a esa brizna que no se parecía a las otras briznas.